domingo, 20 de diciembre de 2009

PREPARANDO LA NAVIDAD

Aunque parezca un poco apresurado, como todos los años, si queremos llegar a las fiestas de Navidad sin agobiarnos, debemos irnos preparando poco a poco. Esto nos permitirá varias cosas, dos de ellas muy importantes, como son ahorrar tiempo y disminuir gastos.

Como es fácil de deducir, no vamos a comentar lo bueno que puede ser escribir la carta a los Reyes Magos o Papá Noel u organizar con quién se van a quedar los niños durante las vacaciones o ver a qué espectáculos los podríamos llevar. Aquí vamos a comentar cómo planificar las comidas no sólo de las fiestas sino de toda la Navidad.

Lo primero y más razonable será saber si vamos a pasar estas fiestas en casa, los días que vamos a estar, las actividades que vamos a hacer, qué comidas y cenas tenemos y para cuánta gente tendremos que cocinar, sea para comernos los platos en casa o para llevarlos a casa de la familia o amigos.

Una vez sabido esto, aunque parezca un poco tonto, es muy bueno el poder, calendario en mano, pasar a planificar las comidas y los días, empezando por las fiestas, que son los que llevan más trabajo de preparación, continuando con el resto de días, que se adaptarán a unos días normales, pero con las variaciones que debamos plantear en función de los excesos o no de los festivos y de las variaciones de nuestra vida normal al no haber colegios, tener días de vacaciones, etc.

Con todo ello conseguiremos que, aunque siempre sobra algo de comida, ésta sea la mínima, y la podamos repartir en los días siguientes a las fiestas sin aburrirnos.

Una vez escritos los menús, pasaremos a analizar si los platos se deben y pueden preparar en el día o días anteriores, o bien con semanas de antelación y conservarlos congelados. Así podremos organizar nevera y congelador para que haya sitio para almacenarlos.

Tras ello, el paso siguiente es ver los productos que necesitaremos para cocinar los platos, previendo su almacenaje y su compra. De esta manera, sin prisas, pero con tiempo suficiente, se podrá ir al mercado para comprar poco a poco, y con mejores precios, todo lo necesario.

En general, y como dice un amigo mío, de la mayoría de productos (cárnicos, embutidos, fiambres, verduras, lácteos, etc.) hay todo lo que se quiera todo el año, pero los pescados y mariscos dependen en gran medida de lo que se pesque o marisquee, por lo que si todos queremos langostinos o besugo en la última quincena de Diciembre, además de caros, encontraremos pocos o congelados, pues la mar produce lo que produce.

Si con nuestra planificación conseguimos saber qué necesitamos, podremos comprarlo todo más barato, prepararlo con tiempo, no agobiarnos, cuidarnos más de las presentaciones que si lo tenemos que cocinar sobre la marcha y, además, hacer que las fiestas sean unas “FIESTAS” y no un suplicio.


domingo, 22 de noviembre de 2009

ORTOREXIA: La enfermedad de los “Césares”

A consecuencia de una serie de artículos aparecidos en los últimos meses, me acordé de las primeras épocas del Imperio Romano, aunque situaciones similares se venían produciendo y siguieron haciéndolo casi hasta nuestros días. Emperadores como Augusto, Calígula, Claudio, etc., vivieron su época de gobierno (algunos otros no llegaron a ella) obsesionados, y con razón, de morir envenenados.

Ahora, en estos tiempos de sobrealimentación y hambre en el mundo, surgen nuevos “emperadores o Borgias” que, como consecuencia de nuevas modas, temen morir “envenenados” con la comida

Resultado de la unión de varias circunstancias (poder económico, culto al cuerpo, alimentos sanos para todo y una personalidad obsesiva), ha nacido una alteración de la conducta alimentaria que tiene más de base psicológica que nutricional, aunque las dos sean importantes, llamada ortorexia.

Esta anomalía se define como el trastorno alimentario caracterizado por la obsesión de comer sano que conduce a un estado de malnutrición y al aislamiento social por temor a enfermar al ingerir alimentos con sustancias nocivas para el cuerpo. Hoy día es todavía raro el diagnosticarla, pero en un tiempo no muy largo podremos empezar a ver su expansión.

La ortorexia ha surgido en ciertos círculos sociales donde se aúnan algunas peculiaridades. El culto al cuerpo; se puede ver que la mayor parte de afectados son estrellas de cine, modelos, etc., que viven de su aspecto físico y les cuesta asumir ciertos cambios, como el que es mejor ser un gran actor que una estrella del celuloide. Los recursos económicos; no muchas personas se pueden permitir pagar el agua a precio de Rioja Gran Reserva del 95 de Bodegas ………. o los huevos de una granja de gallinas del Medio Oeste donde cada uno vale más que media docena de …… gallinas. El vivir en un país donde comer todos los días es lo normal y quedar saciado también; existe una mayoría de la población mundial que lo que busca no es comer sano y sin efectos a largo plazo en su salud, sino que únicamente quiere comer algo para llegar al día siguiente. Tener una personalidad con un componente obsesivo más acentuado de lo normal; esto es algo tan individual que no es controlable con facilidad.

El último factor, que es el que nos explicará lo que es esta enfermedad, es esa tendencia a mejorar nuestra cantidad y calidad de vida por medio de una alimentación mejor. Los ortoréxicos llevan al extremo esta preocupación, no les valen los estrictos controles sanitarios alimentarios, tampoco el tener unos hábitos alimentarios adecuados, ni siquiera consumir productos biológicos o cocinados fuera de sus casas. La consecuencia de todo ello es clara, se aíslan de los demás en sus relaciones sociales pues si comen fuera de casa es de lo que ellos se llevan, aumentan su gasto en alimentos de manera desorbitada y, como hay pocos productos que les ofrezcan seguridad, comen de forma poco equilibrada y padecen malnutriciones subclínicas o francas.

Consecuencia final de lo anterior es que, comer bien, con una dieta equilibrada y variada y con productos cuidados, es maravilloso, pero no se debe perder la perspectiva no sea que el medio (comida sana) se convierta en el fin que nos impida disfrutar de la vida que queremos conservar.

jueves, 4 de junio de 2009

SUBIR EL TONO VITAL

Es precisamente ahora cuando, por motivos no solo laborales sino personales, salimos más, hacemos más ejercicio, queremos hacer más actividades, necesitamos mantener un tono vital, lo que en mecánica sería el ralentí del automóvil, algo por encima de lo habitual. En contra se nos ponen el cansancio acumulado de todo el año, la disminución de horas de sueño por el alargamiento de las horas de luz y esa necesidad, casi obligación, de tener que hacer mas, mas y mas cosas.

Hay tres cosas que nos van a permitir elevar esa vitalidad tan necesaria en Verano, sin necesidad de cosas raras como medicinas ni libros de autoayuda. Estas tres patas son un sueño adecuado en tiempo y profundidad, ejercicio físico moderado y habitual y, como último paso, una dieta que aproveche las ventajas de la época del año en la que estamos.

El sueño es imprescindible para el reposo y la recuperación, mas desde el punto de vista mental que físico. Es mas importante que sea adecuado en calidad que en horas, aunque se necesita un mínimo para cada persona. Durante el sueño se producen una serie de cambios que consiguen recuperarnos del cansancio y prepararnos para la actividad, mejorando el rendimiento, la memoria y la resistencia al esfuerzo.

El ejercicio físico, y no hablamos del deporte que también es bueno, mejora el tono muscular, la elasticidad corporal, la resistencia, induce un mejor trabajo del corazón, puede bajar la tensión arterial, favorece el sueño de mas fácil conciliación y mas profundo.

La comida, esa costumbre de ingerir alimentos varias veces al día, sigue siendo tan importante o mas que en el resto del año. De manera natural y casi instintiva, es nuestro cerebro el que nos va a pedir qué comer, de qué manera y cómo.

Aprovechándonos de los productos de temporada, ingeriremos en mayor cantidad frutas y verduras que nos dará parte de ese extra de agua pues se pierde más con las temperaturas mas altas y con una actividad física intensa. También estaremos tomando mas vitaminas que se consumen por exposición al sol y nos protegen de sus efectos, por mejorar la calcificación ósea al hacer mas ejercicio y tomar mas el sol (Vitaminas A y D).

El ritmo intestinal, con algo mas de ejercicio, aunque solo sea caminar, y mas residuos (de frutas y verduras), mejorará sobre el Invierno.

Para refrescarnos mejor, tenemos un acceso mas fácil a comidas que se comen frescas o frías, como gazpachos y sopas frías, embutidos y fiambres, carnes frías, pescados diferentes, a frutas frescas como tal o en macedonias o zumos, solas o mezcladas en platos como ensaladas con arroz, verduras, pasta, fiambres, etc, o como postres con helados.

El gran aumento de frutas, verduras, pescados y fiambres, en esta época de calor, manteniendo un horario regulado de comidas, un mínimo de horas de sueño y algo de ejercicio, nos harán encontrarnos muchísimo mejor, rendir mas y aprovechar el Verano al máximo.