LA
BOTICA EN LA COCINA
Según algunos
estudios realizados en distintas localidades de nuestro país, en la gran
mayoría de los domicilios podemos encontrar verdaderos arsenales de
medicamentos que, en muchas ocasiones, no se conoce bien para qué sirven ni
como tomarlos. En ellos aparecen productos antiinflamatorios,
antihipertensivos, diuréticos, analgésicos, complejos vitamínicos, etc.
Esto ocurre así
porque, sin saberlo, desaprovechamos la principal botica que podemos tener y
que más a nuestro alcance tenemos, que es la cocina y su despensa. Ésta
contiene no sólo productos alimenticios en sí mismos, sino también algunos
preventivos y otros que ayudan en el tratamiento de problemas comunes y
frecuentes.
Es evidente que
los mejores complejos vitamínicos, con sistemas de digestión y absorción
fáciles y rápidos, son los diferentes alimentos de una cocina variada como es
la española, donde encontramos desde concentraciones de vitamina C en cítricos
y patatas, hasta hierro, calcio, fósforo y otras vitaminas y minerales si
pensamos en carnes, vísceras, pescados, lácteos, frutas y verduras. Además, en
general su absorción es muy importante, con lo que no sólo prevenimos las
hipovitaminosis, sino que mantenemos perfectamente las reservas del organismo y
cubrimos sus necesidades.
Siguiendo con un
efecto beneficioso, el control de las grasas en sangre, salvo enfermedades
congénitas (como las hipercolesterolemias familiares), se puede y debe
conseguir con una dieta adecuada rica en fibra y aceites vegetales (sobre todo
de oliva), pescados y cantidades suficientes de grasas saturadas (carnes y
leche) y colesterol (huevo).
La hipertensión
arterial y algunas enfermedades cardiacas y renales tienen en el control de la
ingesta de sal y en una hidratación adecuada (el agua es básica en la dieta) su
punto de partida terapéutico.
El uso de
infusiones, verduras y frutas, ayudan y corrigen problemas de estreñimiento,
pero también tienen efectos diuréticos y mejoran los problemas de secreción
biliar.
Los lácteos
fermentados modulan la flora bacteriana intestinal a la par que aportan calcio,
vitamina D y proteínas e hidratos de carbono.
Por supuesto, el
control de enfermedades metabólicas como la diabetes, se basan en exclusiva o
asociados a fármacos, en la dieta.
Así podríamos
seguir hablando de problemas de todo tipo, donde veríamos que los alimentos son
capaces de prevenir, mejorar o evitar muchos problemas y, en ciertos casos,
curarlos. Esto sin hablar del efecto cierto o posible de algunos alimentos en
la mejoría de enfermedades crónicas y degenerativas, aunque sin excluir la
utilización de fármacos y, en ciertos casos, disminuyendo sus efectos
secundarios.,
Con todo esto
hemos visto que los alimentos, en sus cantidades adecuadas, tomados de forma
variada y equilibrada no sólo nos mantienen en perfectas condiciones, sino que
nos ayudan a controlar muchas alteraciones.
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