YA ESTAMOS EN VERANO
Aunque
el calor nos viene apretando desde hace un tiempo, el Verano ya está aquí tal y
como es típico en un clima continental como el nuestro.
Estamos
perdiendo agua por sudoración y transpiración en mayor cantidad que el resto
del año, y con ella sales que debemos recuperar con algunas correcciones de la
dieta. Los líquidos, básicamente agua, zumos, infusiones frías y derivados de
verduras (gazpacho, ajo blanco, salmorejo), nos aportarán ese extra de agua que
perdemos y, en el caso de los platos con cierta preparación, los minerales.
Unas
situaciones especiales, como siempre, son los extremos de la vida, niños y
ancianos, en que por ciertas circunstancias o bien no se sabe pedir o bien se
ha deteriorado el centro regulador de la sed y deberemos ofrecerles con
constancia, casi pesadez, líquidos. Los bebes, ancianos muy deteriorados y
enfermos graves, se pueden deshidratar en pocas horas de exposición a altas
temperaturas, como puede ser el estar en el interior de un automóvil o al sol
sin protección ni aire acondicionado. Ir siempre con gran cantidad de agua en
el coche, de paseo, a la playa o a la piscina es un requisito obligatorio si se
está con ancianos o niños. Para hacerlo más apetecible se puede combinar con
zumos o fruta fresca y jugosa para adultos y niños o té frio para adultos.
La
exposición a los rayos solares no solo es mayor por el número de horas de día
sino también porque la radiación ultravioleta es mas fuerte y, por lo tanto,
mas dañina. Si a esto le sumamos que o estamos en bañador o la ropa es más
ligera y hace menos de filtro solar, las posibilidades de quemarnos son mas altas. El aumentar la
cantidad de vitamina A y carotenos en forma de zanahorias, melocotones,
albaricoques, etc., así como de otros antioxidantes como la vitamina C del
limón y el tomate, nos protegerá tanto de las quemaduras como de lesiones
potencialmente dañinas en la piel.
Esto
último es también útil para mejorar la función y el estado de los ojos, tanto
para mantener una óptima secreción de lágrimas, como para mejorar la función
retiniana.
A
pesar de llevar una vida ajetreada todo el año, es en verano cuando, por
cuestiones climáticas, de horarios y de relaciones sociales y familiares, nos
movemos más, hacemos un ejercicio físico más continuado y fuerte, por lo que el
coste proteico, además del energético, es mayor para mantener y potenciar el
músculo. Si lo unimos a que es una época del año en que apetece poco meterse en
la cocina durante horas a pasar calor, podemos deducir que alimentos como
fiambres y embutidos combinados con verduras y hortalizas de temporada y con
las ricas frutas que tenemos, nos aportan las proteínas necesarias para poder
practicar una vida mas activa, conservando en perfecto estado nuestros sistemas
metabólicos. Además, la conservación de estos alimentos es fácil y se pueden
transportar con comodidad y seguridad.
Los
frutos secos, en cantidades moderadas, son una riquísima fuente de sales,
vitaminas como E, A, D y el grupo B y grasas poliinsaturadas. Si llevamos una
bolsita a mano, con alguno de ellos, conseguiremos recuperar la sed (si no nos
pasamos de cantidad) combinados con líquidos y combatir el hambre con
comodidad. Con ellos mejoramos nuestro estado de hidratación, la protección de
la piel, nuestra nutrición y bajamos el colesterol en sangre.
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