APROVECHAR
LA VUELTA A LA RUTINA
Ya se han acabado o están a punto de
hacerlo. Las vacaciones de verano se van y debemos volver a lo de todos los
días, al trabajo, al estudio, a la “rutina diaria” del año laboral, sin que
esto sea malo ni por asomo. Ahora es el momento de aprovecharnos de lo que
significa rutina, que mas que aburrimiento es orden y el orden, si lo sabemos
planificar y alcanzar es ahorro, salud y estabilidad.
Estos son los momentos de ir
generando e ir adoptando hábitos para el resto del año. Hábitos en ritmos de
sueño adecuados, en ejercicio físico habitual, en hacer comidas variadas y
equilibradas, en tener unas horas suficientes de reposo y diversión (no todo es
trabajar ni estudiar).
El generar unos horarios adecuados
para practicar algo de ejercicio, aunque sea trampeando con el traslado o la
vuelta del trabajo para poder caminar de manera habitual al menos treinta
minutos, es más fácil ahora que el clima es mejor que en pleno invierno. Así no
solo mantenemos la forma física que hayamos adquirido en verano sino que
producimos la necesidad de seguir haciendo ejercicio (el ejercicio físico
provoca una mejoría en el estado anímico, en la resistencia y en el sueño, que
nos hará no estar bien si lo dejamos de practicar).
Conseguir un horario de sueño con
horas suficientes, adaptándonos progresivamente al horario laboral-escolar es
primordial para nosotros y los más pequeños. Salimos de una época mucho más
elástica en cuanto a horarios a veces con siestas diarias y con muchas más
horas de sol. Ahora se reduce al menos el horario de luz en dos o tres minutos
al día y esto nos ayuda a colocar la hora de dormir en lo necesario para el
invierno. Es muy importante para los adultos pues el sueño suficiente en horas
y reparador se necesita para poder trabajar bien, con concentración y eficacia,
y para encontrarnos mejor con nosotros mismos. En los niños es todavía mejor;
los niños necesitan dormir unas horas suficientes para crecer, reposar el
cuerpo y asimilar lo que hayan aprendido durante el día, para volver a correr,
estudiar, divertirse y seguir creciendo al día siguiente en condiciones óptimas.
Para ello debemos adoptar horarios adecuados a nuestras necesidades y no al
horario de las televisiones.
En cuanto a la comida, es un momento
perfecto para crear las rutinas de planificación de comidas con tiempo, para
varios días (mejor para cada semana). Así podremos comprar lo necesario con la
menor cantidad de viajes a los comercios. Además, nos podremos aprovechar de
los productos de temporada que nos harán abaratar el coste de la comida
familiar. Y, sumado a todo ello, si comemos fuera de casa podremos planificar
qué llevarnos al trabajo o centro de estudio o bien, si comemos allí, qué
preparar de cena para conseguir esa dieta equilibrada y variada que todos
necesitamos.
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