miércoles, 26 de agosto de 2015


APROVECHAR LA VUELTA A LA RUTINA

            Ya se han acabado o están a punto de hacerlo. Las vacaciones de verano se van y debemos volver a lo de todos los días, al trabajo, al estudio, a la “rutina diaria” del año laboral, sin que esto sea malo ni por asomo. Ahora es el momento de aprovecharnos de lo que significa rutina, que mas que aburrimiento es orden y el orden, si lo sabemos planificar y alcanzar es ahorro, salud y estabilidad.
            Estos son los momentos de ir generando e ir adoptando hábitos para el resto del año. Hábitos en ritmos de sueño adecuados, en ejercicio físico habitual, en hacer comidas variadas y equilibradas, en tener unas horas suficientes de reposo y diversión (no todo es trabajar ni estudiar).
            El generar unos horarios adecuados para practicar algo de ejercicio, aunque sea trampeando con el traslado o la vuelta del trabajo para poder caminar de manera habitual al menos treinta minutos, es más fácil ahora que el clima es mejor que en pleno invierno. Así no solo mantenemos la forma física que hayamos adquirido en verano sino que producimos la necesidad de seguir haciendo ejercicio (el ejercicio físico provoca una mejoría en el estado anímico, en la resistencia y en el sueño, que nos hará no estar bien si lo dejamos de practicar).
            Conseguir un horario de sueño con horas suficientes, adaptándonos progresivamente al horario laboral-escolar es primordial para nosotros y los más pequeños. Salimos de una época mucho más elástica en cuanto a horarios a veces con siestas diarias y con muchas más horas de sol. Ahora se reduce al menos el horario de luz en dos o tres minutos al día y esto nos ayuda a colocar la hora de dormir en lo necesario para el invierno. Es muy importante para los adultos pues el sueño suficiente en horas y reparador se necesita para poder trabajar bien, con concentración y eficacia, y para encontrarnos mejor con nosotros mismos. En los niños es todavía mejor; los niños necesitan dormir unas horas suficientes para crecer, reposar el cuerpo y asimilar lo que hayan aprendido durante el día, para volver a correr, estudiar, divertirse y seguir creciendo al día siguiente en condiciones óptimas. Para ello debemos adoptar horarios adecuados a nuestras necesidades y no al horario de las televisiones.
            En cuanto a la comida, es un momento perfecto para crear las rutinas de planificación de comidas con tiempo, para varios días (mejor para cada semana). Así podremos comprar lo necesario con la menor cantidad de viajes a los comercios. Además, nos podremos aprovechar de los productos de temporada que nos harán abaratar el coste de la comida familiar. Y, sumado a todo ello, si comemos fuera de casa podremos planificar qué llevarnos al trabajo o centro de estudio o bien, si comemos allí, qué preparar de cena para conseguir esa dieta equilibrada y variada que todos necesitamos.

          

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