miércoles, 29 de octubre de 2008

LOS MITOS NUTRITIVOS

Cuando hablamos de mitos en la Nutrición y en la Alimentación, aunque parezca un chiste morboso, no pensamos en Saturno y sus hijos sino en toda aquella acumulación de ideas y prejuicios que se nos han ido introduciendo en la mente y nos condicionan, de manera irreflexiva e irracional, los procesos de alimentarnos y nutrirnos.

En el fondo, los mitos, nos ayudan en nuestra vida diaria al darnos ciertas seguridades sin las que estaríamos en una situación de inseguridad bastante incómoda. Pero, por definición, los mitos no tienen una base científica, demostrable o, al menos, empírica, que avalen sus bondades o maldades.

En nuestro caso, y por muy diversas razones (económicas, climatológicas, religiosas, hasta de poder) los alimentos también tienen sus mitos y, poco a poco, los nutrientes también.

Los mitos alimentarios mas frecuentes de nuestro país son , desde el tan manido de que el pescado azul es nocivo para la salud que solo lo comían los pescadores y “otros pobretones” ( hoy sabemos, no solo que no es malo, sino que es excelente por sus contenidos en proteínas y grasas poliinsaturadas que controlan el colesterol de nuestra sangre, a la par que por su riqueza en vitaminas y minerales), hasta los que dicen que la comida enlatada, congelada, precocinada o manufacturada, no son buenas sin tener en cuenta que los controles a que se les somete son tan seguros o mas que aquellos a los que se somete a los alimentos frescos, sin perder de vista que suponen un pilar básico en la alimentación de muchas familias por el ahorro de tiempo en compra, preparación y cocinado.

Iguales o parecidas objeciones y explicaciones se les pueden aplicar a muchos otros mitos de la alimentación de ésta u otra parte del mundo. A la carne de perro en Bali se le otorga una cierta exquisitez y se come en circunstancias especiales, pero lo que ocurre es que es una fuente de proteinas de alto valor biológico. En China la carne de tortuga y su sopa son muy utilizadas en la alimentación de las mujeres embarazadas, por las vitaminas y minerales que contienen. En ciertas tribus de África es costumbre hacer periódicamente una especie de retiro o cura donde solo se comen verduras, infusiones de hierbas y leche que, fuera de estas situaciones, solo se aplican a enfermos; esta es una de las maneras de conseguir minerales, vitaminas y otros principios inmediatos en los que escasea su dieta habitual.




Todos los mitos sobre alimentos y Alimentación, que poco a poco, como con cualquier Ciencia o conocimiento novedosos, han ido surgiendo , mitos que desaparecerán y se intercambiarán con otros, relacionados con el microcosmos de
la Nutrición.





El origen de los mitos, en general, no provienen directamente de las personas de a pié sino, en su inicio, de lo que dicen aquellos que poseen, por sus cargos o conocimientos reconocidos, una autoridad sobre los demás, aunque del tema del que traten sepan lo mismo o menos que muchos otros y en su campo sean los números uno y nunca aseveren nada sin una demostración mínimamente fiable.

Los mitos en Nutrición, como casi todo lo “moderno”, se hallan envueltos en un halo de ciencia o, mejor dicho, cientificismo, que obligan a esfuerzos superiores a lo normal para conseguir vencerlos o, al menos, aminorar su credibilidad y efectos.

La vitamina C, uno de los nutrientes mas abundantes en regiones climáticas como es nuestro país, contenida desde los cítricos hasta la patata, es precisa para que, entre otros procesos, la coagulación sea correcta y nuestras defensas las adecuadas frente a los microorganismos. Esto último, unido a la opinión de un premio Nobel, lleva a pensar que si la ingerimos por encima de lo recomendado, no padeceremos gripes ni catarros, sin pensar que su exceso se elimina por riñón y que nuestro sistema de defensa solo puede estar bien o muy bien, en condiciones, pero no evitar todas las agresiones.

Al igual que con la vitamina C, en la época de la biotecnología, el estudio del envejecimiento, el cancer, etc, cada vez surgen mas opiniones y mitos relacionando Nutrición y la “vida eterna”, algunos con ciertos efectos beneficiosos demostrados y otros de los que desconocemos de manera tangible y demostrable muchas de las acciones que se les atribuyen, como bioflavonoides, vitaminas, compuestos de la jalea real, algunos minerales, etc. Pero en muchas ocasiones es más fácil decir que algo es bueno que demostrar que lo es o lo contrario.


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