martes, 25 de junio de 2013

Bebidas del verano


LAS BEBIDAS DEL VERANO



Si hiciésemos una pregunta a diversas  personas, interrogándolas sobre cual sería la bebida asociada al verano, a la época estival, la respuesta variaría no sólo por su origen, región o nacionalidad, sino que también se vería influida por otras condiciones del tipo de la edad, recuerdos, trabajo, etc.

Quizá sería lo más fácil el pensar en algo frío y universal como la cerveza ó los helados tipo sorbete pero, posiblemente, nos equivocaríamos de medio a medio.

En general, con calor, tendemos a tomar bebidas frías y, a veces, casi heladas, aunque esto último no sea tan frecuente como  creemos o, al menos, no lo era hasta hace unos pocos años.

El frescor más que frío de los líquidos, produce una pérdida de temperatura corporal, si no muy intensa, sí notable, evitando a su vez el efecto de rebote al que conducen las bebidas muy frías pues, para combatir descensos bruscos de esos grados en el organismo, éste induce un mayor aflujo sanguíneo al tubo digestivo con producción de calor desde los músculos, de manera que perdemos las ventajas  que queríamos. Esto último no es tan importante como para impedir el gusto de beber algo helado si hace mucho calor, pero sí lo suficiente como para intentar evitar combatirlo sólo con este tipo de bebidas.

Tal como decíamos, las bebidas del verano, son muchas y muy variadas; desde las alcohólicas que no son las más consumidas o solicitadas, como la cerveza, el tinto de verano, la sangría, los mojitos y otros combinados a los zumos de frutas, pasando por los  derivados de la leche (tipo batidos de sabores variados), café y sus combinaciones (café granizado, café con hielo, blanco y negro), tés calientes o fríos con hierbas añadidas  o no, etc, con hielo picado  ó frías.

Lo que tienen en común todas ellas es que suponen un  aporte extra de agua al organismo, en aquellos momentos en que se pierde con mayor facilidad y abundancia por sudor y transpiración.

Las diferencias, sean té helado, café granizado, leche merengada, zumos, sorbetes, limón granizado, etc, son las que se producen por su composición no hídrica. En general se pueden dividir en tres tipos. Las excitantes ó estimulantes, que con el té o el café, se desean en sitios con mucho calor y humedad ambiente  importante. Los ricos en vitaminas y minerales, como zumos y sorbetes, que aportan los solutos que perdemos con el agua. Y, por último, las energéticas, que a los iones, vitaminas o estimulantes, unen su contenido en grasas, proteínas, e hidratos de carbono, siendo la mayoría de ellos derivados de la leche ó la contienen como componente principal.

Puede haber alguien que piense que estas bebidas son, sobre todo, occidentales y de estos últimos decenios o siglos pero el gazpacho tiene siglos de existencia y el yogur frío se tomaba en oriente hace más de dos mil años (en Anatolia y La India), dulce ó agrio, al igual que existían en la China de hace tres mil años.

Para finalizar, hacer hincapié en que las bebidas frías tradicionales son buenas y deben ser parte de nuestra alimentación, pero integradas en una alimentación variada y equilibrada  y no un sustituto de otros alimentos, sobre todo de las ricas y variadas frutas y verduras del Verano y de los deliciosos bocadillos con embutidos, fiambre, chocolate, quesos, membrillo,…, que tan necesarios son para que nuestros hijos y nosotros mantengamos el ritmo de actividad de la época estival.

martes, 28 de mayo de 2013

ALIMENTACIÓN FAMILIAR

ALIMENTACION FAMILIAR



Uno de los grandes problemas que se plantean todas aquellas personas que se encargan y preocupan de la comida de la familia, es si con una sola comida será suficiente para todos sus miembros, niños, ancianos, adolescentes, adultos, con la tensión alta, embarazada, deportistas, sedentarios, de estómagos delicados y de paladar exquisito.
La solución al problema es un SI muy grande, unido a una gran dosis de sentido común apoyado en lo que aprendimos en nuestros años previos y en la intuición, que normalmente se basa en percepciones inconscientes y no en decisiones caprichosas.
Lo primero sería conseguir que comiésemos todos los miembros de la familia al tiempo el mayor número de veces posibles.
Excepto en aquellos en que un alimento produzca alergia o una intolerancia (no que no nos guste), todos podemos y debemos comer de todo y de todas las formas de cocinado posible, teniendo en cuenta que cada uno precisamos cantidades diferentes de calorías y principios inmediatos.
En épocas de crecimiento o de mucha actividad física por trabajo o deporte, habrá que aumentar la cantidad de Hidratos de Carbono y Proteinas, como patatas, pasta, pan, carne, pescado, leche, etc. Si el primer plato son unas patatas a lo pobre, los adolescentes de la casa y el padre que trabaja en una obra levantando peso, aumentarán sus raciones un poco.
Si los abuelos tienen la tensión alta y uno es diabético, comerán menos patatas pero aumentarán la cantidad de ensalada, que los demás también comerán, aliñada con hierbas (orégano, tomillo,albahaca,etc), aceite de oliva y, si quieren, con vinagre o limón.
La fruta de postre para todos, la que se pueda con piel, salvo si tenemos problemas de dentadura y no podemos masticar bien. Para los niños es muy importante que coman fruta por sus vitaminas, la energía que aporta, la fibra y, además, porque se acostumbran a masticar y mejoran la inserción de los dientes en las encías.
La carne, el pescado y los huevos son para todos. Aportan proteinas. Si se tiene el colesterol alto, habrá que reducir, pero no anular, huevos y carnes. Si se hace deporte sería conveniente aumentar la cantidad.
Si la leche nos sienta mal, muy normal en ancianos, cambiamos a derivados fermentados (yogures) y quesos.
En una cena de época fría, un caldo al que cada uno añade la sal en función de sus gustos y problemas, un poco de fiambre o un huevo, ensalada y una pieza de fruta, es útil para toda la familia. El que esté algo pasado de peso podrá tomar el huevo en tortilla para no mojar pan y algo más de verdura; el que ha hecho deporte esa tarde se tomará dos tazas de caldo para recuperar iones y dos huevos para formar músculo, sin perdonar la ensalada ni la fruta; el niño que está dando el estirón cenará con un vaso de leche además del agua; y los abuelos y los padres podrán tomar una copa de vino de buena calidad que es bueno en esa cantidad para su sistema circulatorio.

Si a todo ello añadimos que estamos toda la familia junta para comer y que todos ayudamos a preparar la mesa y algo de la comida, estaremos mejor alimentados, mejor nutridos y más felices.

lunes, 29 de abril de 2013

LA BOTICA EN LA COCINA


LA BOTICA EN LA COCINA


            Según algunos estudios realizados en distintas localidades de nuestro país, en la gran mayoría de los domicilios podemos encontrar verdaderos arsenales de medicamentos que, en muchas ocasiones, no se conoce bien para qué sirven ni como tomarlos. En ellos aparecen productos antiinflamatorios, antihipertensivos, diuréticos, analgésicos, complejos vitamínicos, etc.

            Esto ocurre así porque, sin saberlo, desaprovechamos la principal botica que podemos tener y que más a nuestro alcance tenemos, que es la cocina y su despensa. Ésta contiene no sólo productos alimenticios en sí mismos, sino también algunos preventivos y otros que ayudan en el tratamiento de problemas comunes y frecuentes.

            Es evidente que los mejores complejos vitamínicos, con sistemas de digestión y absorción fáciles y rápidos, son los diferentes alimentos de una cocina variada como es la española, donde encontramos desde concentraciones de vitamina C en cítricos y patatas, hasta hierro, calcio, fósforo y otras vitaminas y minerales si pensamos en carnes, vísceras, pescados, lácteos, frutas y verduras. Además, en general su absorción es muy importante, con lo que no sólo prevenimos las hipovitaminosis, sino que mantenemos perfectamente las reservas del organismo y cubrimos sus necesidades.

            Siguiendo con un efecto beneficioso, el control de las grasas en sangre, salvo enfermedades congénitas (como las hipercolesterolemias familiares), se puede y debe conseguir con una dieta adecuada rica en fibra y aceites vegetales (sobre todo de oliva), pescados y cantidades suficientes de grasas saturadas (carnes y leche) y colesterol (huevo).

            La hipertensión arterial y algunas enfermedades cardiacas y renales tienen en el control de la ingesta de sal y en una hidratación adecuada (el agua es básica en la dieta) su punto de partida terapéutico.

            El uso de infusiones, verduras y frutas, ayudan y corrigen problemas de estreñimiento, pero también tienen efectos diuréticos y mejoran los problemas de secreción biliar.

            Los lácteos fermentados modulan la flora bacteriana intestinal a la par que aportan calcio, vitamina D y proteínas e hidratos de carbono.

            Por supuesto, el control de enfermedades metabólicas como la diabetes, se basan en exclusiva o asociados a fármacos, en la dieta.

            Así podríamos seguir hablando de problemas de todo tipo, donde veríamos que los alimentos son capaces de prevenir, mejorar o evitar muchos problemas y, en ciertos casos, curarlos. Esto sin hablar del efecto cierto o posible de algunos alimentos en la mejoría de enfermedades crónicas y degenerativas, aunque sin excluir la utilización de fármacos y, en ciertos casos, disminuyendo sus efectos secundarios.,

            Con todo esto hemos visto que los alimentos, en sus cantidades adecuadas, tomados de forma variada y equilibrada no sólo nos mantienen en perfectas condiciones, sino que nos ayudan a controlar muchas alteraciones.

martes, 26 de marzo de 2013

DESAYUNO


DESAYUNO


-       Comida principal del día: Los inicios adecuados facilitan el curso de todo proceso. Un desayuno correcto aumenta el rendimiento escolar, laboral y deportivo; mejora el estado de ánimo y la capacidad de concentración; disminuye el cansancio o aumenta la resistencia a éste; mantiene y mejora el estado nutricional; es imprescindible para realizar correctamente una dieta de adelgazamiento o de engorde y, por supuesto en todas aquellas dirigidas a patologías específicas como diabetes, celiaquía, fructosemia, etc.
-       Siempre que se pueda, el hacerlo en familia facilita su integración en la vida diaria como algo natural, sano y poco prescindible.
-       Debería ser de “mesa y mantel” aunque no es necesario este último. El realizar un desayuno sentado a la mesa, con taza, plato y cubiertos, mejora el estado general pues se hace con mas tranquilidad (no se inicia el día con prisas), se cuida la boca (masticamos mas y mejor y así ayudamos a tener una buena dentición), se favorece la digestión, inicia a los niños en una disciplina de comidas y horarios que completará con el resto de su educación.
-       Hoy día no se necesita mucha preparación ni mucho tiempo, a la vez que tampoco se ensucia mucho. Casi todo está preparado (panes, tostadas, lácteos, mermeladas, mantequillas y margarinas, zumos, embutidos, fiambres)
-       Su contenido será:
o   Por su aporte de elementos nutricionales:
§  Completo.
§  Con los tres Principios Inmediatos: Hidratos de Carbono (H. de C.), Proteínas y grasas.
§  Con agua, fibra y oligoelementos (vitaminas y minerales).


o   Por grupos de alimentos:
§  Frutas (y a veces verduras): como tales (frescas) o en forma de zumos.
§  Derivados de cereales (harinas): panes, bollería (no industrial), churros, cereales. Con o sin cáscara (integrales o no).
§  Lácteos (leche y derivados) y/o infusiones.
§  Fiambres, embutidos y curados: aportan proteínas de alto valor biológico, grasas (también son necesarias) (pocas en el caso de los derivados de aves, monoinsaturadas en el caso de cerdo ibérico de bellota, poliinsaturadas en los pescados azules que gustan en el Norte de Europa), vitaminas y minerales, en algunos casos fibra y en otros biorreguladores (alimentos funcionales).


o   Por su aporte energético:
§  De rápida utilización: H. de C. de absorción rápida y calor aportado por el alimento en si mismo.
§  De utilización intermedia: H. de C. de absorción media, algunas grasas y pocas proteínas.
§  De utilización tardía y almacenamiento: H. de C. de absorción lenta, grasas y proteínas (utilizar proteínas para obtener energía es como conseguir calor con maderas preciosas, teniendo a mano gas, energía solar o electricidad).

-       Los derivados cárnicos en el desayuno:
o   Aportan proteínas de alto valor biológico que se utilizan como elementos estructurales y de recambio (músculo, hueso, paredes celulares, sangre, transmisores, enzimas, etc). Se obtienen de todos ellos (vacuno, porcino, aves). Muy útiles en niños y jóvenes en crecimiento, deportistas, trabajadores con esfuerzo muscular intenso (construcción, minería, pesca, campo, industria pesada, etc).
o   De ellos se obtiene energía, básicamente de su contenido en grasa, muy útil para trabajos de resistencia, a la intemperie y deportes.
o   Contienen grasa de varios tipos y con distintos porcentajes:
§  La grasa se necesita para desarrollar y mantener el S.N.C. y P. (sistema nervioso central y periférico), además de muchos transmisores (neurotransmisores y hormonas), mantener intactas las membranas de las células, formar una película subcutánea de aislamiento térmico y frente a golpes, y es el material mas eficiente para acumular energía en el organismo.
§  Según el origen de la carne, se obtendrá mas o menos grasa y de un tipo u otro. Las aves aportan poca grasa (a veces menos del 1-5 %); el porcino ibérico de bellota contiene grasas monoinsaturadas que bajan el colesterol sanguíneo; vacuno y porcino nos dan grasas saturadas, necesarias en todas las dietas habituales.
§  Hierro, vitaminas del complejo B, otros metales, sal en poca cantidad o en cantidad normal (según se quiera) y otros oligoelementos, se encontrarán en proporciones distintas según el tipo de derivado cárnico.
§  El sabor también es importante, al igual que la presentación, el olor y la vista. Tenemos posibilidades de todo tipo en cuanto a lo anterior; facilidad de preparación por estar precortados y loncheados o en minis (de pavo-pollo, etc); colores desde el rosa al verde, pasando por rojos, etc; olores y aromas clásicos, suaves, fuertes, campestres.
§  Precios asequibles para todos, más o menos exquisitos, pues a todo el mundo le gusta comer bien.

-       Desayunos tipo:
o   Vaso de leche, 2 tostadas de pan con margarina y mermelada, un vaso de zumo de naranja con su pulpa, pechuga de pavo. (NORMAL)
o   Gran vaso de leche con cacao y azúcar, bollo o tostadas de pan con aceite, tomate y lomo o jamón, vaso de zumo de naranja (con o sin limón o pomelo). En lugar del pan o el bollo se pueden poner cereales y en vez de la leche un derivado lácteo fermentado; se pueden cambiar el jamón y el lomo por chorizo, salami o salchichón.(PARA CHICOS EN CRECIMIENTO Y DEPORTISTAS)
o   Tazón de café con leche desnatada, una o dos piezas de fruta, pan integral y salchichas de leche. (PARA PREVENIR O COMBATIR LA OSTEOPOROSIS)
o   Vaso de leche o yogurt con dos porras o tres churros o cereales integrales o tostadas de pan integral con aceite, tomate y jamón (pan tomaca), un kiwi y una naranja.  (PARA EL ESTREÑIMIENTO)
o   Infusión, tostadas con margarina y mermelada, zumo de naranja y fiambre de pavo o pollo. (INTOLERANTES A LA LACTOSA CON GUSTO CLÁSICO)
o   Infusión, tostadas con aceite, tomate y jamón o con salami o salchichón y papaya. (INTOLERANTES A LA LACTOSA CONSERVANDO EL GUSTO POR LO SABROSO)
o   Café, zumo, galletas y salchichas.  (PARA EL TRABAJADOR QUE QUIERE TARDAR POCO)




viernes, 1 de marzo de 2013

BOCADILLOS , MAS QUE UNA MERIENDA



BOCADILLO


UN BOCADILLO: ALGO MÁS QUE UNA MERIENDA


Un bocadillo aporta los tres principios inmediatos básicos en la nutrición de nuestros niños y mayores. Los hidratos de carbono del pan como continente, las proteinas y la grasa del contenido.

Conseguimos con él muchos y muy beneficiosos efectos:

  • Al dar el bocado, tirar y masticar favorecemos una mejor implantación de los dientes en las encías y ayudamos a su limpieza, evitando o aminorando la aparición de gingivitis (inflamación de las encías)
  • Nos acostumbramos a masticar, primer paso de la digestión, con lo que el hábito se prolonga a otras comidas, cosa muy necesaria en la infancia.
  • Ingerimos aproximadamente un cuarto de la proteína necesaria al día (Según recomendaciones de la FAO).
  • La energía obtenida del pan y de los fiambres y embutidos consiguen que le saquemos el máximo rendimiento posible a las actividades que llevemos a cabo tras el bocadillo (estudio, clase, deporte, baile, juego, etc), habiéndose demostrado que el rendimiento escolar tras el bocadillo es hasta un cincuenta por ciento mayor que en aquellos que no lo toman.
  • Ayuda a mantener el equilibrio de las comidas de la dieta habitual al llegar a la siguiente comida con apetito pero sin un hambre canina. 

lunes, 14 de marzo de 2011

SOBREPESO-OBESIDAD

Vamos a hablar del concepto del sobrepeso, de la obesidad y de cómo plantearnos perder o mantenernos en el peso que tenemos.

Las dos palabras, sobrepeso y obesidad, quieren decir que tenemos unos kilos más de aquéllos que, por estudios estadísticos en grandes poblaciones, deberíamos tener en relación con nuestra edad y sexo. Esto no sólo se calcula con fórmulas estandarizadas que relacionan talla y peso, aunque sí nos dan una idea aproximada, pues también depende de otras características de la persona, como son su estructura ósea (el hueso pesa y a veces mucho más en algunas personas) y la masa muscular que poseamos, así como el grado de atrofia muscular en algunas enfermedades (que se puede ocupar por tejido conjuntivo o bien por grasa, siendo muy diferente lo uno de lo otro).

Una buena valoración del estado nutricional y del peso de una persona incluye lo dicho sobre talla y peso, pero también mediciones de perímetros óseos y pliegues grasos en 4 ó 5 zonas del organismo, sumado todo ello a pruebas complementarias (sobre todo para descartar problemas asociados) y dos cosas básicas que son la opinión del experto basada en algo que se llamaba ojo clínico y que no es más que la unión de la experiencia con la ciencia, y la última y más importante, la vivencia de la propia persona.

Respecto a esto último, aunque todo nos diga que una persona pesa más de la cuenta, es ella misma, salvo casos extremos, la que con su sentido individual determinará si ese sobrepeso es algo que le produce una alteración de la salud. Si no contamos con ello, jamás podremos hacer nada eficaz ni efectivo, pues nos determinará el que pueda o no corregir su situación. Este convencimiento debe adquirirse por uno mismo con ayuda o no del profesional que le atiende pero, “nunca”, por modas o presiones laborales o sociales que sólo conducirán a un estado continuo de infelicidad y por lo tanto, y a partir de ese momento, a la enfermedad, no por sobrepeso, sino por causas psicológicas extrañas a la propia persona en su origen.

Una vez que alguien se convence de su situación y que un profesional ha objetivado que es real es cuando, de acuerdo con la persona, se puede plantear un tratamiento.

Todo tratamiento se basará en un pilar sobre el que girará y se apoyará todo, que es el acuerdo profesional-paciente en lo que se va a hacer, cómo se hará y a qué meta, más o menos clara y alcanzable, se llegará. Esto implica que se conozcan hábitos de vida, gustos, condicionamientos laborales, familiares y sociales, posibilidades de cocinar y comer lo que se crea conveniente, tiempo de evolución, ingestas previas, condicionantes añadidos de otras enfermedades, fármacos que se toman por otras causas, posibilidades de ejercicio y, para finalizar, explicaciones del profesional de cómo va a tener lugar todo el proceso, de cómo se va a perder peso y volumen, más o menos en qué cuantía, que cambios físicos se sufrirán (todo el cuerpo variará al ir aguantando poco a poco menos peso, cambios en el centro de gravedad, variaciones en los puntos de carga y tracción osteoarticulares, hábito intestinal y miccional, etc.).

En el fondo y tras todo esto, el tratamiento se fundamentará en una dieta personalizada, variada en el tiempo (diferentes comidas en el día, cambios en distintos días y épocas del año según alimentos de temporada y clima) y que tendrá una característica común, que es que se comerá menos (no siempre en cantidad sino en calorías) de lo que se consume y que nos llevará, unido a un ejercicio físico posible para el paciente, a una pérdida gradual y espaciada de lo que nos sobra, que es grasa y no músculo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

LA ALIMENTACIÓN EN EL SIGLO XXI

Aun a riesgo de parecer una pitonisa de las que escriben diariamente tu horóscopo por unos duros en un periódico, una adivina de las de teléfono 906 o, lo que podría ser peor, una científica que cree saber algo que el tiempo se ocupa de demostrarnos que no es verdad, voy a intentar, basandome en hechos y datos reales, hacer una mínima aproximación a lo que comeremos en este siglo que acabamos de comenzar.

Lo más fácil es comenzar diciendo que, salvo catástrofes espectaculares, de aquí al final del primer cuarto de siglo, las tendencias alimentarias serán las mismas que en el momento actual, para irse convirtiendo poco a poco en una realidad tangible y bastante uniforme para una gran parte del planeta en ese proceso que parece tan engolado y damos en llamar globalización. Esto no será otra cosa que la extensión de casi todos los alimentos, y sus formas de preparación y cocinado, al igual que las tecnologías agroalimentarias primarias, secundarias y terciarias, a todo lo largo y ancho del globo terráqueo.

Los motivos de esto último se basan en varios factores. La necesidad de mejorar los sistemas de producción de alimentos para que las bolsas de hambre desaparezcan todo lo posible. El desarrollo de la industria de producción y manufactura de alimentos que, como otros tipos de industrias, tiende a su extensión (hablamos de diversificación de productos, internacionalización y acceso a clientes de todo tipo y modernidad). La internacionalización de los controles de calidad de todos los procesos. Y, por encima de casi todo, la preocupación por la SALUD, se extenderá a todo y a todos, buscandose una mayor esperanza de vida, siempre asociada a la mejor calidad de vida posible y, como ya sabemos, esto depende de nuestros hábitos y de lo que comemos (alimentos ricos en antioxidantes, con poder anticancerígeno, que no sobrecarguen el metabolismo y eviten enfermedades para las que tengamos predisposiciones genéticas, etc), les llamemos dieta mediterránea o internacional, alimentos funcionales, transgénicos o biológicos, etc.